El Gobierno ya anunció que en 2022 los estudiantes volverán a las aulas de manera presencial y que, en ciertos casos, se permitirá el la educación semipresencial. No obstante, la pandemia ha puesto en evidencia la necesidad de cambiar un modelo educativo que no responde a las necesidades de los estudiantes en términos de aprendizaje y de comprensión.
En ese contexto, en varios países se ha implementado el modelo de aprendizaje constructivista de las 5E, que corresponden a las siglas en inglés para engage, explore, explain, elaborate y evaluate (motiva, explora, explica, elabora y evalúa).
“Esta metodología promueve el aprendizaje por medio de la exploración, el razonamiento y la aplicación de lo aprendido en contextos relevantes, es decir, permite que los conocimientos sean duraderos y transferibles a nuevas situaciones”, señala Marina Grasso.
La experta señala que uno de los grandes problemas es que los estudiantes no comprenden los conocimientos que adquieren. “Esto se debe a que los docentes aplican un tipo de enseñanza donde prima la transmisión de los conocimientos. Solo se enseña para aprobar un examen, no es un aprendizaje duradero”.
Esta iniciativa está alineada con los requerimientos del informe del Banco Mundial titulado El papel cambiante de los profesores y las tecnologías en medio de la pandemia de COVID 19, en el cual se expresa la necesidad de que los profesores adapten sus prácticas y sean creativos para mantener a los estudiantes comprometidos y captar su atención, ya que cada hogar se ha convertido en un aula sin un entorno que apoye el aprendizaje.
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